2010
Carmena, Toledo (España)

Rehabilitación de una Casa Solariega

Históricamente, los hogares ancestrales son las propiedades que han fomentado la convivencia y han representado a las familias que las poseían. Independientemente de su ubicación, grandeza, tiempo y sitio, todos ellos han llevado los nombres del letrero, la heráldica o los gustos estéticos de sus inquilinos. La casa reflejaba el carácter familiar y, de cierta manera, asumó un papel representativo. Esta casa en Carmena, un pequeño pueblo a 40 kilómetros de Toledo, no es una excepción.

El proyecto de renovación toma como punto de partida el desafío de transformar una arquitectura existente, pero también esencialmente el de recuperar críticamente las “buenas costumbres” del pasado, mezclándolas con las formas de vida contemporáneas. El diseño propuesto, por lo tanto, rechaza la necesidad de legibilidad histórica en las intervenciones del patrimonio asociado con la Carta de Atenas como un valor absoluto, principalmente cuando esta intervención afecta a la actividad de los usuarios o los obliga a llevar a cabo una limpieza estructural que quita el calor que, para muchos, una casa debe tener. En consecuencia, la importancia que tienen las texturas, los acabados y los detalles para lograr el bienestar se conserva y reinterpreta con una mirada crítica y abierta. Esta confianza en la tradición nos ha permitido colocar puertas de tipo mimbre en las áreas de almacenamiento, tener cables eléctricos modernos y seguros trenzados sobre marcos expuestos, lo que facilita su reemplazo y reparación, o ensamblar piezas particulares a mano para introducir imágenes vegetales. Los materiales antiguos permiten construir nuevas estructuras con mayor alcance y capacidad, mientras que las actuales están trenzadas para evocar la carpintería y la talla ancestral. Además, en casi todos los casos, el material utilizado proviene de las demoliciones, convirtiendo el tiempo en un excelente aliado.

La casa está organizada alrededor de un patio abierto al que se accede después de cruzar una puerta hecha de piezas de madera y metal reutilizadas. El suelo del patio está alicatado y presidido por una piscina. Por encima de ella, la pared de cerámica representa una versión abstracta de una pintura de campo de amapola de Monet. En la parte trasera del patio, una sauna está coronada por tres grandes ventanas protegidas por un dosel que modera la entrada de la luz del sol en verano y la deja pasar en invierno. Dentro de la casa de dos plantas, la inferior se concentra en el programa público, mientras que la superior, actualmente en construcción, acomodará los dormitorios y más espacios privados.

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